02 septiembre 2009

LA PASTORELA. ORIGAMI TEATRO MEXICO. DIRECCION ALEXANDER PAJAN



LA FABRICA DE CHOCOLATE. ORIGAMI TEATRO MEXICO. PUESTA EN ESCENA ALEXANDER PAJAN




EL MUSICAL DE LA PREPA ORIGAMI TEATRO MEXICO PUESTA EN ESCENA ALEXANDER PAJAN




TITO Y LOS RATONES BAJO LA DIRECCION DE ALEXANDER PAJAN


Otro de los espectáculos a presentar con motivos del día del niño, es VEN QUE TE CUENTO en esta ocasión en la cede de la casa de la cultura los días 23 y 24 de abril a las 5 Pm . VEN QUE TE CUENTO nos narra dos historias para títeres, la primera el baile de teodorito. Un niño muy bueno que junto a su padre descubre el baile mágico que atrae al oro. TITO Y LOS RATONES es el segundo cuento, interpretado por actores y títeres y nos narra de manera muy divertida la historia de un gato muy perezoso que no quiere cuidar el queso que a la abuela los ratones quieren robar.

LA CUCA RACHITA MARTINA UNA PUESTA DE ALEXANDER PAJAN. ORIGAMI TEATRO MEXICO


En esta ocasión ORIGAMI TEATRO MEXICO presenta para los más pequeños LA CUCARACHITA MARTINA del dramaturgo cubano Abelardo Estorino quien a la par de su importante carrera como director artístico y dramaturgo del teatro para adultos, ha escrito versiones teatrales de cuentos y novelas para niños. Tanto LA CUCARACHITA MARTINA como EL MAGO DE HOZ han sido representadas por destacadas agrupaciones de la isla caribeña. Obtuvo el premio nacional de literatura en 1992.

LA CUCARACHITA MARTINA es una de las creaciones para chicos de este destacado dramaturgo fue estrenada en 1966 y desde entonces la conocida historia, que este dramaturgo vuelve diferente a base de diálogos ingeniosos y originales, se ha llevado a escena por distintos colectivos teatrales nacionales e internacionales .
El socorrido prologo, tan de moda para niños en aquellos tiempos en que fue estrenada la obra, esta vez a cargo de dos tramoyistas, el autor lo convierte en rejuego de teatro dentro del teatro, algo que después utiliza en sus obras para el publico adulto.
La trama se torna divertida tras la búsqueda de los personajes por pretender el amor de LA CUCARACHITA MARTINA, quien después de encontrarse una moneda decide comprarse una caja de polvos para lucir mas bonita , deslumbrados por su belleza los personajes acuden a conquistar su amor siendo el ratón Pérez el seleccionado por Martina para contraer nupcias .
Esta divertida obra para niños podrá ser disfrutada por el publico carmelita el próximo sábado 18 de abril en punto de las 6 de la tarde la entrada es totalmente libre y el 24 de abril la función se repetirá en las instalaciones de la casa de la cultura municipal a las 5 de la tarde la entrada también será completamente libre. Invitan el DIF Carmen. La casa de la cultura y la dirección de cultura deporte y recreación del H. Ayuntamiento de Carmen.

UN MENSAJE AMBIENTALISTA DESDE EL TEATRO

Una nueva versión de la obra “Galápago”, de Salvador Lemis, será la propuesta del grupo Origami Teatro, anfitrión de la Salita del Museo de Arte Colonial.
En calidad de reposición esta puesta podrá disfrutarse a partir del 2 de junio y hasta el 1ro.
de julio, todos los sábados y domingos, a las seis de la tarde.
Integrado por jóvenes actores y dirigido por Alexander Paján, el grupo retoma la temática ambientalista justo cuando está próximo a celebrarse el Día Mundial del Medio Ambiente.
Después de casi veinte años de su estreno, vuelven a montar “Galápago”, escrita a mediados de los 80 del siglo pasado, y que fuera interpretada hace unos años por la misma agrupación.
Origami Teatro ofrece una lectura comprometida y sincera de esta fábula que narra la historia de Gali, la abuela jicotea que ha decidido salvar el mundo.
Para lograr su propósito, Gali tendrá que encontrar la gota de rocío, el pedazo de cielo azul y la flor que nunca se muere.
Esta tríada marca los pasos de la obra que defiende un esquema de aventura conocimiento que funciona ante cualquier público.
Junto al protagonista, una serie de personajes insinúan una riqueza visual y sonora. Con sede en el Museo de Arte Colonial, en la Plaza de la Catedral, el grupo también presenta espectáculos para los niños los sábados y domingos, en el horario de la mañana.
Próximo a los meses de julio y agosto, Origami prepara un espectáculo para las familias que se acercan al Centro Histórico, convocadas por el proyecto de verano Rutas y Andares.
También el Museo de Arte Colonial dejará inaugurada la exposición de fotografía “Naturaleza utópica”, del artista Juan Carlos Romero de la Fuente, el 6 de junio, a las cuatro de la tarde.






ORIGAMI Y LA LARGA VIDA

Cuenta una leyenda que aquel que haga mil grullas de papel tiene larga vida y felicidad. Alexander Paján, actor sensible y celoso, adivinó en ese mito el futuro de su creación: Origami Teatro. Algunos piensan que el conjunto se dedica al trabajo con papel, tal y como sugiere la antigua técnica japonesa; sin embargo, es el mensaje anterior lo que motivó el nombre. Eso, y la delicadeza que sugieren las caprichosas figuras.

En el Museo de Arte Colonial, frente a la Catedral de La Habana, este redactor ha tenido, en reiteradas ocasiones, la oportunidad de ver a un grupo de teatro laborioso y compacto como un ladrillo, esta vez, no siempre fácil de plegar. El trabajo los caracteriza, y la alegría permanente también.

—Antes de crear Origami, el público y la crítica reconoció tu labor en la obra de José Milián ¨Si vas a comer espera por Virgilio¨. ¿Cómo fue esa experiencia?

—Inolvidable. Acababa de llegar de Francia y no conocía la obra. Me contaron de un elenco anterior y del éxito que había tenido. En pocas palabras, era un reto. El día del estreno me senté en el pasillo del teatro Brecht y me dije: bueno, aquí o te alzas o te hundes para siempre. Cuando terminó la función, yo no podía asegurar cómo me había sentido. Me había “desconectado” del mundo.

—Por esa interpretación obtuviste un Caricato...

—Esa fue otra sorpresa. Ya había obtenido otros Caricatos en teatro para niños, y el premio Segismundo de actuación en esa misma modalidad, pero en esta ocasión ni siquiera me había inscrito. Podrán imaginarse mi cara cuando me mencionaron allí.

—¿Por qué el teatro para niños?

—Desde que estaba en la escuela me gustaba. Me fascina el teatro de muñecos. Con Origami lo experimento a menudo para jóvenes y adultos. Y es que es fantasía pura. Con los muñecos puedes hacer lo que es imposible como actor o director: volar, saltar por las paredes, desaparecer y aparecer, y cosas por el estilo. Es magia. Yo pienso que quien se inclina por ese tipo de teatro siente la misma fascinación, la cual, sin duda, parte de una limitación: quieres ver en escena lo que tú no puedes hacer.

“Ahora nos acechan los efectos especiales, y uno, que se debe a un público, se pregunta qué puede hacer en el teatro para llamar la atención. Para mí: encantar, sorprender... Por muy sencilla que sea la obra, siempre debes pensar en proyectarla con brillantez para que fascine y pueda revelar sus mensajes más recónditos”.

—¿Y el trabajo de Origami podría verse, entonces, como un intento por devolver esa ingenuidad perdida?

—Seguro. Creo que Origami ha encontrado un poco su línea, la del teatro para jóvenes. Esa es una dramaturgia un poco desaprovechada, y aunque sé de textos con esa inclinación, a veces o no te llegan o son algo peliagudos para llevarlos a escena. Y es que exige un desprejuicio total. Hay que entender de una vez por todas que la juventud necesita verse también en el teatro, reconocer sus conflictos, saberse parte de su época y sacar conclusiones sobre el destino de sus semejantes en un mundo cada día más confuso. Tal vez lo que hace Origami no encaje en esa línea, pero puedo asegurar que la intención es real, es como una meta a la cual queremos llegar. Nuestro procedimiento ha sido el siguiente: hallamos obras al azar y las recreamos, le insertamos mensajes que respondan al universo juvenil.

—Te gusta elegir fábulas pequeñas, sencillas y a partir de ellas montar un espectáculo que sea capaz de seducir... ¿Esa no sería una técnica para arrastrar al público joven a la sala?

—Hay que pensar en los espectadores que tenemos, en los tiempos que corren. Hemos logrado un público. Son cada vez más los jóvenes que se acercan a nuestros espectáculos. Nos pasó con ¨Shakespeare en letras¨, que la llevamos un fin de semana a El Sótano y nos quedamos dos meses, a teatro lleno.

“Ahora, ¿por qué insistimos con los jóvenes? Podría parecer gratuito, y nada de eso. Cuando estábamos preparando esta misma pieza, reunimos filmaciones hechas en la calle donde preguntábamos a la gente sobre el teatro, Shakespeare, y así. Nos sorprendió mucho que desconocían buena parte de la obra de Shakespeare. Ese es un material para estudiar seriamente.

“Esa es una de nuestras misiones: acercar a la juventud a la lectura de los clásicos, a investigar. Nosotros experimentamos con ¨Yerma¨, de García Lorca, y fue fabuloso el resultado. La titulamos ¨Yerma a destiempo¨, y allí, por ejemplo, una escena entre los dos protagonistas transcurre en un preuniversitario. Con ¨Galápago¨, igual. La fábula infantil ni siquiera termina así: la abuela no muere, es un final feliz. Hay que trascender esa primera lectura en función de otros públicos.

—Y esa propensión al musical, que a modo de incrustaciones recorre las propuestas de Origami, ¿no funciona en ese sentido?

—Por supuesto. Cuando el grupo se presenta, la gente sabe que va a ver de todo un poco, desde dramas intensos hasta escenas francamente humorísticas con leves pinceladas del teatro musical. Nuestros actores son muy dispuestos para eso, les encanta como a mí este tipo de espectáculo. Pero cuidado, en Origami nadie canta ni baila a tiempo total. Más bien lo que hacemos es pedir préstamos a ese género para recrear la puesta, hacerla más fluida.

“Tuve la suerte de ver teatro musical, y para mí fue tan fascinante que reafirmó mi idea de ser actor”.

—Origami es una gran familia, ¿estás de acuerdo con eso?

—Totalmente. No solo en lo que respecta al trabajo, el cual nos lo repartimos desde la escenografía y el vestuario hasta la labor de echar humo detrás del escenario, sino también que discutimos mucho, incluso de nuestras vidas íntimas. Eso es algo difícil de lograr en este medio, por eso me siento satisfecho.

—¿Qué quisieras con Origami Teatro?

—Todo. Pero hay algo que sí quisiera por sobre cualquier cosa, y es que mis muchachos no se separaran nunca. Llevan años juntos y comparten una historia muy profunda, de la cual formo parte y también siento nostalgia. Ellos llevan el teatro dentro, lo hacen con el corazón. No quiero infartos en la historia de Origami.

Fotos: Iván Acosta



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© 2004. "CUBAESCENA". Consejo

POR GUSTO DE ABEL GONZALEZ MELO DIRECCION ALEXANDER PAJAN

Sarahí García Contreras
Periodista de Rebelde
Origami Teatro está en las tablas
23 de Octubre de 2008, 10:00 a.m.

LA HABANA, CUBA.- Cuatro jóvenes de este preciso instante coinciden, por cuestiones del azar, en una noche de nuestra cosmopolita Habana. Unidos por iguales inquietudes y similares intereses, cada uno contará sus impresiones sobre la realidad en que coexiste, sacando a flote conflictos individuales como la preferencia sexual, la intolerancia o la aceptación dentro de determinados grupos sociales; así pudiera resumirse el argumento de "Por gusto", la más reciente obra que el grupo Origami Teatro está llevando a las tablas durante el presente mes de octubre.

Su escritor, Abel González Melo, quien concibe la historia alternando dúos y solitarios a manera de ronda, comenta que la estructura dramatúrgica de la puesta en escena bien puede explicarse a través de ciertas leyes geométricas.

"Todos los personajes se van encontrando, si tuviéramos un cuadrado donde cada uno de sus puntos A, B, C y D, fueran los personajes, ocurriría lo siguiente: A se encuentra con B y eso alterna con un monólogo de D, B se encuentra con C y eso alterna con un monólogo de A, y así sucesivamente. Pero claro, los personajes no son letras sino personas llenas de conflictos, de preferencias de muy diversas índoles, aspiraciones y por lo tanto, al cruzarse unos con otros chocan en esas aspiraciones y eso es lo que provoca luego el desenlace."

"Por gusto" vio la luz por vez primera en el año 2006. Su autor explica que la idea de escribir esta obra vino dada por una petición del director del grupo Origami Teatro, Alexander Paján, con el objetivo de que el texto sirviera a cuatro estudiantes de la ENA como examen de fin de curso.

"A mí que siempre me ha parecido que en las escuelas de actuación, los alumnos se ven forzados a interpretar personajes que no corresponden con sus edades, aproveché la ocasión para escribir una obra donde los personajes eran jóvenes de 19 a 20 años, por lo que los actores podían sentirse más cómodos a la hora de trabajar"

Otro de los aspectos a destacar es el diseño escenográfico donde el color blanco juega un papel esencial en el telón. González señala que en el caso de las luces, se hace importante mencionar la función que durante la puesta en escena ha tenido Reinier Rodríguez, quien ha ido reconduciendo ese diseño luminoso el cual marca la estructura de ronda que la obra tiene y que sin dudas es lo que propicia la sorpresa visual.

Con sólo una hora de duración, "Por gusto" es un intento de mostrarnos cómo piensan nuestros jóvenes, a pesar de sus gustos y sus miedos. La obra podrá ser vista hasta el 26 de octubre en la sala Argos Teatro de la capital cubana, los viernes y sábados a las 8:30pm y los domingos a las 5:00pm; una posibilidad de acercarnos al quehacer escénico teatral de nuestros días.



ENTREVISTA

Entrevista a Alexander Paján
(2006/11/04)
Por: Marilyn Garbey garbeymarilyn@yahoo.es




Has trabajado con directores como Dimas Rolando, José Milián, Omar Bilbao y con una muy joven directora como Irene Borges ¿Qué te ha aportado a ti trabajar con cada uno de estos directores, cuán difícil ha sido entrenar, prepararse, investigar para enfrentarte a estéticas diferentes com son la de estos directores que acabo de mencionar?
Bueno, yo creo que todas las tendencias y las estéticas de cada uno de estos directores para mí han sido muy importantes.
Yo comencé en la Casa de la Comedia y me nutrí del conocimiento de la totalidad de todos sus actores, no solamente de Dimas Rolando.
Había una generación de actores ya madura y aprendí muchísimo de ellos.
Creo que aprendí a hablar y a decir en el teatro en la Casa de la Comedia, con esos actores que me enseñaban y me orientaban cómo proyectarme en las tablas.
Con Dimas Rolando también aprendí muchísimo, no simplemente de actuación, también aprendí dirección, y a tener una panorámica y una visión general de lo que es en realidad el teatro.
Me hablas también de Milián, con él quizás aprendí a correr un poco en el teatro, te digo esto porque cuando empecé a trabajar con Milián hice "Si vas a comer, espera por Virgilio", y tuve muy poco tiempo de trabajo, tenía que estudiarme una obra que no había visto y la obra tenia el antecedente de un elenco anterior que había estrenado esta puesta en escena y que obtuvieron muchísimos premios, y una popularidad total aquí en La Habana y en el resto del país.

Cuán diferente es comenzar un proceso de trabajo desde sus inicios y asumir otro, como este, que ya tenía una pauta previa.
¿El director les exigía a ustedes a adaptarse a esa pauta previa o ustedes podían crear a partir de su propia experiencia?
Déjame decirte que fue muy interesante, la gente me decía: bueno para ustedes fue muy fácil porque ya conocían la obra, la habían visto e hicieron lo mismo.
Creo que Milián puso las pautas de su puesta en escena como tal, y nosotros enriquecimos esta puesta en escena con cosas que no estaban.
Quizás el esquema del movimiento era prácticamente el mismo, pero no llegó igual, habían cosas nuevas que salían de nuestras propuestas, incluso ahí esta el final de la obra "Si vas a comer espera por Virgilio", que se quedaba muy abierto, no había un sentido de lo que es este personaje, de cómo cobraba vida realmente, quizás estaba muy plasmado el esquema: cómo se mueve Virgilio, cómo es Virgilio, pero no profundizaron en el ser humano que era Virgilio , y quizás esto fue lo que hicimos en este elenco, y a partir de ahí surgieron nuevas propuestas para la puesta en escena de Milián.
Con él hice trabajos muy diferentes de los que hice con Dimas Rolando.
Enfrentarme a su estética, donde trabaja mucho al actor porque él es un poco temperamental a la hora de dirigir, fue muy fuerte, pero creo que nos llevamos muy bien y actualmente somos muy buenos amigos.
Con Milián hice dos cosas: "Si vas a comer espera por Virgilio" y "La ópera del mendigo", en la segunda traté de incursionar en el canto y el baile porque siempre me ha gustado hacerlo, pero creo que no tengo condiciones para todo, aunque muchos decían que podía hacerlo y que lo había demostrado en esas pequeñas cosas que hice en "La opera del mendigo".
Nada, que me divertí muchísimo, fue un elenco genial y fueron 4 o 5 meses de preparación sobre todo para el canto y me gustó hacerlo.


Milián y Dimas Rolando tienen una tremenda experiencia como directores, no era el caso de Omar Bilbao y de Irenes Borges que son gentes más jóvenes, pero con muchísimas ganas de hacer teatro.
Trabajaste con Omar durante algunos años y recientemente estrenaste con Irene la segunda parte de "Historia de chicos enamorados".
¿Cómo fue trabajar con esta joven directora?
Pasó lo siguiente, Omar Bilbao era asistente de Dimas Rolando y yo le hice la propuesta de hacer una primera parte de “Historia de chicos enamorados”.
Nadie se atrevía a dirigirme el trabajo, eran unos textos que yo tenía desde que era estudiante.
Había hecho varios ejercicios de actuación y de expresión corporal con estos textos, y siempre pensaba que era válido hacer un espectáculo con esos textos y con las cosas que había hecho en la escuela, me parecía que podía ser interesante.
A Dimas no le interesaba el proyecto, hasta que yo embullé a Omar y le pedí que me dirigiera.
Hicimos la primera parte de “Historia de chicos enamorados”.
La segunda parte es una estética completamente diferente y una forma de trabajar totalmente distinta, la dirigió Irene Borges, que fue mi alumna mía en la ENA, en una de las últimas generaciones de la Escuela de Instructores.
Ella me decía que le daba pena dirigirme.
Le dije: tú verás que la cosa nos va a salir bien.
Fueron dos obras totalmente diferentes, partiendo de que son temáticas muy fuertes a tratar en un teatro para niños, para jóvenes, para adultos.
Creo que es una forma de hacer teatro para los niños en sentido general, porque los tiempos cambian y si los niños conocen las películas de Walt Disney conocen que la muerte existe.
Entonces, por qué no hacer “Historia de chicos enamorados” tratando estos temas.
Omar explotaba mucho mis capacidades corporales.
Irene Borges nunca había hecho teatro para niños y quería experimentar con la figura, con los objetos, con los muñecos y también se apoyaba mucho en mi actuación.
Irene te da las metas y las pausas para que tú improvises y hagas lo que tú quieras, y después que tienes hecho lo que tú quieras te dice: sabes que el trabajo no me gustó, vamos a empezar de nuevo y vamos a virar todo esto.
Yo le decía: pero Irene cómo y me respondía, sí, vamos a virar porque realmente no funciona.
Yo también soy un poco quisquilloso, a veces no me gusta sentirme dirigido, me dirijo, y como me gusta la dirección pienso de lo que estoy haciendo está bien y realmente no está bien.

Eres director y profesor de la Escuela Nacional de Arte.
Allí tienes que formar actores y eso es una responsabilidad enorme cuando sabes que el teatro cubano tiene un espectro estético muy amplio y debes preparar a personas que no saben qué van a hacer cuando concluyan sus estudios en la ENA.¿Cuán diferente es dirigir actores en Origami Teatro, en términos profesionales, y formar actores en la ENA?
Es prácticamente lo mismo porque Origami Teatro se fundó con la idea de rescatar un poco el teatro para jóvenes, que tuvo su máxima expresión en la década entre los 70 y 80.
Recuerdo títulos como "Rampa arriba, Rampa abajo".
Se hacía verdaderamente un teatro para jóvenes que se perdió un poco.
Yo me dije bueno, esta es mi oportunidad de rescatar el teatro para jóvenes y voy a hacer algo distinto.
Me hablas de la experiencia como profesor de la escuela, allí le dí clases a los jóvenes que integran el colectivo de Origami teatro, por eso te digo que prácticamente no hay diferencias, prácticamente están aprendiendo a trabajar sobre las tablas, porque nuestro colectivo se nutre de mucho talento joven.
Algunos tienen más años de experiencia en el grupo, otros se integran recientemente al colectivo.
Creo que cazar talento es muy pero muy difícil.
A veces los muchachos se acercan a estudiar la actuación, yo creo que la actuación como que no hace falta estudiarse; a lo mejor tú vas descubriendo caminos en esa escuela, y dices, esto que me están enseñando de Stanislasky es lo que yo siento realmente.
Estás descubriendo las técnicas pero si vas a ser actor o actriz, eso tú lo llevas por dentro.
En la escuela te perfilan, te dan ese modelo para seguir adelante.

¿Crees que no tienen sentido las Escuelas de Arte?
Sí, hacen falta las escuelas de arte, lo que hace falta es cazar bien esos talentos que deben estudiar en esas Escuelas de Arte.

Pero es que siempre hay un margen para el error...
Es que el error a veces es demasiado grande, lo digo por experiencia, o sí pienso que hay que llegar a veces con los términos de cuando éramos estudiante de la Escuela, que se hacían esos famosos cortes evaluativos del primer semestre, y te decían tú eres baja técnica, y eras baja técnica.
Cómo un estudiante de actuación va a repetir un grado, suspendiste actuación, lo suspendiste, no te voy a dar otra oportunidad, realmente no tienes el talento, lo comprobaste en este primer semestre.

Quiero creer que todos los actores que fueron alumnos tuyos en la ENA y hoy son parte de Origami teatro, son excelentes actores.
No pienso que sean excelentes actores, para nada creo que son excelentes actores, creo que sí son muchachos con mucho talento y ansiosos de conocer y de meterse profundamente en el mundo de las tablas, hay algunos que tienen más talento que son verdaderos artistas porque así lo considero, y hay otros que no es que no lo sean, pero están en ese medio.

¿Por qué tu grupo se llama Origami Teatro? Sé que el origami es una alusión a la cultura japonesa, qué tiene eso que ver con la cultura cubana.
El origami es la técnica de plegar el papel, con esta técnica se pueden hacer muchas figuras.
Hay una tradición japonesa que dice que si tú haces mil grullas de papel vas a tener larga vida y felicidad.
Es bastante difícil, de hecho nadie de nuestro colectivo ha podido hacer mil grullas de papel. Una noche precisamente cuando íbamos a estrenar nuestra primera obra, "Galápagos", ya con el nuevo colectivo, teníamos que tomar una decisión y ponerle un nombre.
Aparecieron muchísimos nombres, y yo recordé que en la primera parte de “Historias de chicos enamorados” se hablaba del origami, y se me ocurrió proponerlo sabiendo lo que significa; me dijeron sí pero es que nosotros no vamos a hacer teatro de papel.
Le dije no lo vamos a hacer, pero está la tradición de las grullas y nosotros somos un colectivo que llevamos 5 años juntos, a lo mejor nos decidimos a hacer mil grullas entre todos y nuestro grupo puede tener larga vida y felicidad.
Y así ha sido Origami Teatro, y hasta hoy tiene larga vida y felicidad.

entrevista

29 agosto 2009

Entrevista a Alexander Pajan en TV Revista de la Mañana

Alexander Pajan en CHTV

Entrevista personal a Alexander Pajan

Entrevista TV cubana